Existen perros que viven en constante estado de pánico ante personas, ruidos, luces, tormentas, objetos… Hoy os quiero hablar del peor enemigo del perro: El miedo.
El exceso de miedo es uno de los problemas de comportamiento más largos y difíciles de tratar.
Para ayudar a un perro que padece grandes dosis de miedo, debemos actuar con calma y relajación. Este tipo de casos requieren ser tratados con extremada delicadeza ya que un «movimiento en falso» sólo empeoraría la situación. Se trata, sobretodo, de recuperar su identidad original.
Existen 3 niveles de miedo:
- El bajo
- Medio
- Alto
Si un perro se niega a comer por miedo, significa que está en un nivel medio-alto. Este tipo de casos requieren ser tratados por un profesional.
En casos de perros que sufren un nivel bajo de miedo, hay que trabajar mediante ejercicios que aumenten su confianza y potenciar sus instintos naturales. Por ejemplo, para la mayoría de perros retriever, no hay mayor recompensa y felicidad que el agua.
Es importante identificar cuál es la actividad o premio que más le gusta al perro para poder empezar a trabajar en la buena dirección. A partir de ese momento se trata de distraer al perro de aquello que le causa miedo mediante aquella actividad o recompensa que tanto le gusta. Para que se entienda, la idea es «darle la vuela a la tortilla», desbloquear sus miedos a través de aquello que más le gusta. Hay que trabajar progresivamente y poco a poco.
Ganarse de nuevo la confianza de su perro es la clave para su rehabilitación.
Si queremos ayudarles es importante que no olvides estos puntos:
- Sentir pena por el perro es lo peor que puedes hacer si quieres ayudarl@.
- Hacer frente al problema que tiene y no evitarlo.
- Evita humanizar su sentimiento.
- Nunca darle afecto cuando entre en ese estado.
Como ya he dicho, ayudar a un perro a superar grandes miedos es una tarea larga y requiere de una total dedicación. De lo contrario pretender que cambien por si solos es una apuesta arriesgada y que no siempre suele funcionar.
Ellos son honestos y siempre te dirán la verdad.
Personalmente, ayudarles a mejorar sus vidas no es una obligación, sino un honor que me brindan para ser mejor persona día a día.