¿Te has preguntado alguna vez por qué tu perro sigue teniendo un carácter de cachorro siendo ya adulto?
Esto tiene una explicación científica que viene de lejos, el llamado :
Síndrome de Peter Pan.
En el año 1959 un grupo de científicos rusos iniciaron un experimento en Siberia para estudiar a lo largo de varios decenios las bases genéticas del comportamiento animal.
Es decir: el echo de que los animales, sin importar la especie era de tipo más «amistoso» según su genética.
Para este experimento trabajaron con zorros. Crearon 2 grupo.
- EL primer grupo: dejaron a los animales que se relacionaran y pro-crearan entre sin interferencia humana.
- El segundo grupo: Sólo dejaron procrear aquellos animales que presentaban un carácter más amistoso, menos agresivo y menos «aterrador».
Recordar: el objetivo del experimento era únicamente estudiar las bases del comportamiento.
Pero cuál fue la sorpresa de los científicos cuando, después de varias generaciones, se dieron cuenta de que: no solo el 2 grupo nacían zorros más amigables y menos agresivos, si no que, su aspecto físico también estaba cambiando.
Su pelaje cambió, las patas eran más cortas, su cabeza, cráneo, caras y dientes eran más pequeños y sus orejas más caídas.
Y eso que lo único que querían era modificar el comportamiento con dicho experimento.
No solo pasó eso si no que además de ver como cambiaba su aspecto físico, realizaron que los animales en lugar de ser menos agresivos, se volvieron más «infantiles».
Su comportamiento era como el de un joven zorro, con ganas de jugar, más sumisos, quejicas… muy igual a los perros que hoy conocemos todos.
La genética en lugar de decir: «no muerdas», decía » no crezcas».
Al llamado «síndrome de domesticación» lo deberíamos llamar «síndrome de Peter Pan»
Estos cambios, no solo afectan a los zorros, si no a muchas otras especies que han modificado su comportamiento como el lobo. Este animal, sin duda alguna, se auto-domestico y nos «domestico».
El resultado final después de muchos años lo puedo ver ahora mismo, mirando dormir plácidamente, a mis dos perros.