Os quiero hablar de un tema que no solo afecta a la salud de los humanos y del planeta tierra si no a nuestras mascotas también: Los perros y la contaminación.
Disminuir la contaminación del planeta tierra es una meta larga y no depende únicamente de nosotros, pero si podemos ayudar a nuestros perros y exponerlos lo menos posible dependiendo del entorno en el que habite.
- Si careces de zonas verdes: y vives rodeado de calles con mucho tráfico de coches, es preferible que los no sean durante las horas punta. Sácalo pronto por la mañana y a última hora de la tarde/noche para evitar el cúmulo de gases producidos por los tubos de escape.
- Si eres fumador: evita que tu mascota esté en la misma habitación o deja las ventanas abiertas para que se ventile el espacio. Ellos también se convierten en fumadores pasivos.
- Evita cualquier tipo de pulverizador que no sea de origen natural.
- Cepíllalo frecuentemente.
- Si pasa muchas horas solo en casa deja las ventanas abiertas o medio abiertas. Que corra el aire.
- A ser posible, evita las alfombras o tapices de pelo largo. Estas acumulan mucho polvo y son el refugio ideal para la proliferación de pequeños bichos.
- Reduce los productos de limpieza químicos, muchos de ellos son altamente tóxicos para tu perro y para ti.
- Lava a diario su recipiente de comida y tres veces al día el del agua.
- Evita zonas donde haya un exceso de ruido, la contaminación acústica es realmente molesta para ellos debido a su alta sensibilidad auditiva.
- Sitúa su cama lejos de aparatos electrónicos (router, nevera, tv, microondas, ordenador…)
- Para combatir parásitos, pulgas o garrapatas entre otros utiliza productos de origen natural.
- Fíjate en la composición de su alimento, la procedencia, el tratamiento, la composición, el porcentaje de comida fresca, etc. Te sorprenderá ver que los piensos más caros no siempre son mejor.
- Hay plantas de interior y exterior que son tóxicas para los perros y otras, sin embargo, que purifican el aire. En internet encontrarás toda la información necesaria.
Como ves muchas cosas aquí descritas, son de puro sentido común y fáciles de aplicar.
Ellos no pueden valerse por sí mismos y no todos vivimos rodeados de prados o montañas. Es nuestro deber como propietarios proporcionarles el mejor ambiente posible dentro de las posibilidades que nos ofrece vivir en la metrópoli.